Respetar y cuidar el entorno. Una lección importante.


Respetar y cuidar el entorno. Una lección importante.

El medio ambiente de un ser vivo está formado por todo aquello que le afecta. Los seres humanos vivimos en un espacio, en un entorno natural, rural o urbano y debemos entender que respetar este entorno es un deber que tenemos como ciudadanos.
Las personas modificamos el medio ambiente con nuestras actividades: al talar árboles, al quemar combustible, al cultivar la tierra..., estas modificaciones pueden ser muy importantes y afectar, en general, a todos los ecosistemas. Como consecuencia, los principales problemas medioambientales que se derivan de la actividad humana son: la contaminación, el calentamiento global, la deforestación y la pérdida de la biodiversidad.

EL RESPETO A LA NATURALEZA
El respeto por la naturaleza no solo es valorarla, sino tomar las medidas necesarias para no dañarla, lo que viene a ser una conciencia ecológica.
Por tanto, el respeto a la naturaleza y al entorno es, ante todo, una cuestión de sentido común puesto que nuestro entorno influye y repercute directamente sobre nuestra salud y nuestro propio bienestar. Atacar el entorno y atacar a la naturaleza es, a la larga, atacarnos a nosotros mismos. Si no sabemos utilizar de manera lógica y equilibrada los recursos que la naturaleza nos ofrece estamos rompiendo una cadena de equilibrio y armonía, que se volverá en contra nuestra.

¿CÓMO PODEMOS CONTRIBUIR NOSOTROS AL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE?

El cuidado del planeta y el respeto hacia el medio ambiente son asuntos en los que todos deberíamos sentirnos involucrados y por los que deberíamos esforzarnos diariamente para hacer nuestra pequeña contribución.
Muchas veces culpamos a las grandes industrias de algunos problemas ambientales como la contaminación o el excesivo gasto energético, pero no tomamos conciencia de que nosotros también podemos ayudar desde casa.
Desde muy pequeños, podemos y debemos aprender a respetar el entorno (nuestras cosas, nuestra casa, la ciudad o el pueblo donde vivimos, la naturaleza...). Es necesario que, desde que se empiece a tener uso de razón, la relación con la naturaleza y con la comunidad sea respetuosa. Saber que pequeñas y simples actitudes pueden contribuir al cuidado de la naturaleza y a evitar problemas ambientales.
Primero, debemos aprender a respetar nuestro entorno más inmediato: si vamos pintando las paredes o mesas, dejando papeles por donde pasamos, ensuciando calles y plazas, difícilmente seremos sensibles a problemas más globales. Cada día realizamos un montón de acciones y actividades en nuestros hogares que pueden tener efectos más o menos agresivos sobre el medio ambiente. Por tanto, debemos actuar en la medida de lo posible de forma que los efectos de nuestras acciones impacten lo menos posible.
En definitiva, el Planeta corresponderá a nuestras acciones. Nosotros debemos decidir si queremos mantenerlo en condiciones habitables, aunque esto suponga ciertas renuncias, o por el contrario, si queremos vivir sin pensar en el futuro ni en las consecuencias. No olvidemos, sin embargo, que el mundo no se acaba cuando nosotros acabamos. Les dejamos una herencia a las futuras generaciones. ¿Cómo queremos que sea este legado?

Extraído de La Tirajala

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